[Este artículo forma
parte del Informe: “El Estado de la Unión
Europea. La ciudadanía europea en tiempos de crisis”
(Fundación Alternativas y Friedrich Ebert Stitfung, Madrid, abril de 2014]
Desde el comienzo
de la crisis y en particular desde el estallido de la crisis griega y la
adopción por parte del Consejo Europeo de las políticas de austeridad (2010),
el sindicalismo europeo ha venido desarrollando movilizaciones generales tanto
de carácter nacional como europeo para oponerse a tales políticas. Desde
entonces hasta finalizar 2013 se han producido más huelgas y jornadas de
movilización generales nacionales que en cualquier otro período desde el fin de
la 2ª Guerra Mundial. En mayor medida en los países más afectados por los
ajustes fiscales y las reformas y recortes de los derechos sociales y
laborales, es decir en los del sur de Europa, pero no sólo allí. También ha
habido movilizaciones de carácter europeo, convocadas por la Confederación Europea de Sindicatos (CES). Han adoptado la
forma de euromanifestaciones y jornadas de acción descentralizadas, en
ocasiones coordinadas con movilizaciones de carácter más amplio convocadas en
algunos países.
Estas acciones
coincidieron, sin embargo, con una tendencia fuerte de reducción de las huelgas
sectoriales o de empresa motivadas por demandas de mejora de salarios o
condiciones laborales en la negociación colectiva, que ya se había manifestado
en la primera década del Siglo XXI respecto a la última del Siglo XX, que son
los períodos sobre los que existen análisis fiables basados en información
estadística depurada. En bastantes países aumentaron, sin embargo, las
movilizaciones ligadas a la defensa del empleo amenazado por procesos de
reestructuración o cierre de empresas. El mapa de las movilizaciones sindicales
desde el comienzo de la crisis es muy heterogéneo (ya lo era con anterioridad).
Su diversidad se relaciona tanto con el muy diferente grado de impacto de la
crisis y de los efectos de las políticas de austeridad como por las distintas
tradiciones de acción sindical. La mayoría de las movilizaciones de carácter
general se han producido en los países del sur y en algunos del centro y el
este de Europa, aunque hubo un repunte de acciones en algún otro, como el Reino
Unido, donde también las hubo de carácter general en 2011 y 2012
La ofensiva contra el Modelo Social Europeo
La gran extensión
de los cambios sufridos desde el comienzo de la crisis (2008) en las reglas que
rigen las relaciones industriales y la negociación colectiva y en las leyes
laborales está reflejada en el Cuadro 1, elaborado por el Instituto de Estudios
Sindicales de la CES
(ETUI, 2014). No hay precedentes en la historia de la UE.
Los principales
campos afectados han sido: tiempo de trabajo, contratos atípicos (temporales, a
tiempo parcial, ETT), despidos (facilidad e indemnizaciones) y negociación
colectiva. Su finalidad ha sido la búsqueda de la competitividad y la
productividad a través de la reducción de los costes laborales y de la
flexibilidad (no negociada en muchos casos). No hay evidencia de que exista esta
correlación en las economías europeas de mayor éxito. Cambios anunciados como
temporales tienden a ser permanentes. Aunque las reformas están generalizados,
su profundidad y regresividad es muchísimo más acusada en los países del sur y
del este, lo que contribuye a agrandar la divergencia social europea.
El intervencionismo
de las instituciones de la UE
en la determinación de los salarios y en la negociación colectiva, campos que
no son de competencia comunitaria, ha sido extenso y profundo. Está reflejado,
para el período 2011-2013, en el Cuadro 2 de ETUI (2014), basado en Schulten y
Müller (2013). Una parte de los cambios regulatorios regresivos son
prescripciones establecidas en los MOU de la troika para países rescatados, incluido España por su rescate
bancario. Otra parte están contenidos en las Recomendaciones Específicas por
País del Semestre Europeo. Las medidas impuestas o recomendadas han debilitado seriamente
la negociación colectiva y sus bases legales en los siguientes países: Irlanda,
Rumana, Grecia, Portugal, Hungría, Italia y España (ETUI, 2014, 75). En los
casos más extremos (Irlanda y Rumania) han impuesto la
abolición de convenios colectivos nacionales. En los demás han promovido su
modificación unilateral por el empresario, la descentralización hacia el
convenio de empresa y el fin de la ultraactividad, dificultando la extensión y
permitiendo acuerdos con “grupos de trabajadores” en lugar de con sindicatos.
La “devaluación interna”, de tan negativas
consecuencias para la recuperación de la economía europea, ha tenido en la
devaluación salarial su componente principal. Ha sido una decisión política
debilitar la negociación colectiva en entornos de paro masivo. En el Cuadro 3
(ETUI, 2014, 77) se muestra como en 18 de los Estados miembros de la UE han disminuido los salarios medios
reales entre 2009 y 2013. De forma brutal en Grecia, Chipre y Hungría y muy
significativa (5 % o más) en Rumania, Portugal, España, Irlanda, Reino Unido y
Eslovaquia. Además, los salarios mínimos por hora han disminuido en 9 de 23
países estudiados: Grecia. Chipre, Reino Unido, España, Estonia, Irlanda,
Lituania, Holanda y Bélgica. De nuevo, de forma brutal en Grecia: -28 %. (ETUI
2014, 73). Por último, diremos que las retribuciones de los empleados públicos
han disminuido en términos nominales o reales, en sus conceptos generales (los
más) o por la pérdida de bonus o complementos especiales en 19 de los 28 países
de la UE [1],
tanto en los sometidos a las condiciones de la troika o el FMI (9) como en los otros (11).
La respuesta sindical
Para tener datos
objetivos sobre la amplitud de la respuesta sindical nos enfrentamos a un hecho
sorprendente: las estadísticas sobre el número de huelgas y jornadas de trabajo
perdidas sólo están disponibles con años de retraso, no existen o no son
fiables. Las autoridades de varios países, en particular del sur de Europa,
parecen no tener interés en que se conozcan. “La información oficial sobre las
acciones de huelga ha sido “suspendida” en el caso de Portugal (desde 2007), o
no está disponible en absoluto en Grecia (desde 1999) o Italia (desde 2010).
Para varios otros países, los datos más recientes o se han perdido o ni
siquiera han sido recogidos” (ETUI, 2014, 80). He analizado el contenido de la
principal base de datos sobre el tema, la de la OIT (ILOSTAT), y comprobado como los datos más
actualizados se refieren sólo a algunos países europeos en 2012 y los de España
están muy subestimados...
[1] Los 19 Estados en los que
los salarios de los empleados públicos disminuyeron nominal o realmente son:
GR, LV, HU, RO (entre el 15% y el 30%), ES, IE, IT, PO (más del 10%), CY, CZ,
DK, EE, FR, LT, PL, SI, UK, NL y SK. Fuente ETUI (2014, 71)
El artículo completo se encuentra en este enlace que permite acceder al texto completo del Informe:
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