miércoles, 22 de enero de 2014

El segundo escándalo de François Hollande

   Paul Krugman titulaba con ironía "Escándalo en Francia" (1) el artículo publicado el pasado domingo en las páginas salmón de El País. No se refería a las vicisitudes sentimentales del Presidente de Francia sino a los anuncios y afirmaciones que François Hollande realizó en la rueda de prensa del pasado 14 de enero en el Elíseo.


   Para el profesor de Princeton y Premio Nobel de Economía lo escandaloso era que Hollande hubiera "adoptado las desacreditadas doctrinas económicas de la derecha". Recordaba Krugman que sólo ahora Europa está saliendo de una doble recesión con unas perspectivas de crecimiento muy débiles después de unos años desastrosos.Y añadía que en 1936, siete años después del inicio de la Gran Depresión, la mayor parte de Europa crecía rápidamente, con un PIB per cápita que continuamente alcanzaba nuevos máximos, mientras que "actualmente el PIB per capita real de Europa sigue estando muy por debajo de su máximo de 2007, y sube muy despacio en el mejor de los casos". 



   Entonces, los gobiernos europeos ya habían comenzado a hacer lo contrario de lo que Alemania y la UE están imponiendo ahora y que Hollande se dispone a abrazar con la fe del converso.



   Resulta particularmente chocante el canto a la "economía de la oferta" que Hollande hizo en su rueda de prensa, La economía de la oferta y sus prescripciones configuran una de las variantes más conservadoras de la economía política neoliberal que ha contribuido poderosamente a la desigualdad social y a preparar el camino de la crisis que estalló en 2007/2008. Hollande llegó a afirmar "Es en la oferta donde tenemos que centrarnos...en realidad, la oferta genera demanda". Para Krugman estas afirmaciones son una falacia desmentida hace mucho tiempo y conocida como la ley de Say.


   Hollande anunció una reducción del gasto público de 65.000 millones de euros, de los cuales 50.000 provendrían dla reducción de las cotizaciones sociales a las empresas. No precisó qué gastos se reducirían.

   Para mí este sería el segundo "escándalo" -por seguir usando la palabra empleada por Krugman- que ha cometido Hollande desde que comenzó a ejercer como presidente de la República Francesa. La primera renuncia clamorosa a las ideas y al programa de la izquierda y a sus propios compromisos electorales tuvo lugar poco después de tomar posesión, en la cumbre del Consejo de junio de 2012. Olvidó las justificadas críticas que había hecho al Pacto Fiscal y decidió que Francia firmaría el Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria sin modificar sus contenidos. El nuevo Tratado es la norma de máximo rango de las muchas que han impuesto, desde 2010, los principios de la economía política alemana más conservadora a toda la UE. A la obligación de constitucionalizar la "regla de oro del déficit cero" por parte de los Estados que lo suscriben se añade, nada menos, que la cesión plena de la soberanía presupuestaria de los Estados con problemas de déficit a la Comisión y al Consejo, sin establecer instrumentos democráticos de decisión y control.

   El cambio de posición de François Hollande, que había sostenido que el nuevo Tratado era inaceptable hasta poco tiempo antes de estampar su firma en él, fue justificado en su día porque a cambio había logrado que el Consejo Europeo equilibrara el rigor de las políticas de austeridad con el Pacto por el crecimiento y el empleo. 

   El problema es que éste Pacto es uno de los mayores fraudes políticos que se han cometido en la UE desde su fundación. No me voy a extender sobre el tema del que he escrito con profusión (la última con entrada en este Blog el 13 de noviembre de 2013). El Pacto "de los 120.000 millones de euros" no contenía ningún plan digno de tal nombre y no tenía financiación nueva. alguna. Sumaba los remanentes de los fondos estructurales y de cohesión no utilizados en el período 2007-2013 (55.000 M.€) y una hipotética capacidad de préstamo del BEI, mediante apalancamiento, de 60.000 M.€. Diecinueve meses después de ser aprobado, no ha comenzado a ejecutarse ningún proyecto o acción derivada del Plan. Se calcula que las primeras acciones del miniplan de empleo para jóvenes (el de los 6.000 M.€), articulado con el Pacto, se realizarán hacia finales del presente año. Dos años y medio es la "urgencia" con que los responsables políticos europeos miden las acciones por el empleo  compensatorias de la "austeridad".

   La mejor definición del Pacto se la escuché a Jean Claude Juncker en Bruselas: "Es un operación de imagen para lavar la cara a François Hollande tras haber firmado el Pacto fiscal" 

    Por ello considero que el tandem Pacto Fiscal/Pacto por el crecimiento y el empleo es el primer "escándalo" de Hollande, y su conversión a la economía de la oferta, cual Pablo camino de Damasco, el segundo.

   Viendo la inconsistencia política de los líderes de la socialdemocracia europea (acabamos de conocer el pacto Renzi-Berlusconi en Italia sobre la nueva ley electoral, pacto que resucita al cavallieri, en un suma y sigue sin fin) se explican las enormes dificultades que la izquierda política ha tenido y sigue teniendo para liderar una alternativa para la salida de la crisis distinta a la más conservadora que arrasa el continente europeo y pone en grave peligro el propio proyecto político de la UE.

   Algo hay que hacer...



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(1)  Paul Krugman: "Escándalo en Francia". El Pais, 19 de enero de 2014.
(2) Javier Doz: "París, ¿bien vale otra cumbre?". Nueva Tribuna, 14 de noviembre de 2013 

   

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