miércoles, 23 de octubre de 2013

Wert y su LOMCE dos grandes promotores de la desigualdad en la educación

La oposición a la Ley Wert y a la política educativa del Gobierno, que no es otra cosa que una política de recortes presupuestarios, va a alcanzar un punto culminante esta semana con la huelga de tres días de los estudiantes, que comenzó hoy -o ayer, que ya es madrugada-, y con la huelga de toda la comunidad educativa del 24 de octubre. Estas jornadas de movilización se acompañarán de numerosas, y espero que masivas, manifestaciones que tendrán un carácter escolar y ciudadano. La protesta contra los recortes en educación y la Ley Wert no pararán aquí. En el mes de noviembre están previstas nuevas acciones, entre ellas marchas sobre Madrid y el Palacio de la Moncloa.  

Ninguna ley educativa de la democracia ha tenido una oposición tan masiva como la LOMCE. La razón es que es una muy mala ley. Además ha sido interpretada justamente como la norma que consagra los recortes en la educación publica. Estos recortes han restado, hasta el momento, 6.900 millones de euros a los presupuestos de educación y promovido el despido de más de 40.000 profesores interinos de la enseñanza pública. Justo en el momento en que ésta  tiene que hacer frente a un incremento del alumnado por primera vez en bastantes años.

La LOMCE es una mala ley desde un punto de vista técnico y una muy mala ley desde un punto de vista político. Porque, ante todo, es la Ley de la desigualdad (como casi todo lo que promueve el Gobierno del PP), de la segregación, de la subordinación a la Iglesia católica y al pensamiento educativo más rancio, la del fin de la democracia escolar, la Ley de la suicida y reaccionaria apuesta por la degradación de la Educación Pública.

¿No es consciente el Ministro Wert de la amplitud de la oposición escolar y ciudadana contar su ley? ¿No se da cuenta de que las reformas educativas requieren un mínimo grado de consenso con  quienes las van a ejecutar? Que, de lo contrario, su fracaso está asegurado. ¿Cómo es posible que el Sr. Wert y los demás miembros de su gobierno manifiesten un tan alto grado de insensibilidad frente a la protesta y a la movilización sociales? ¿Es que no calibran los riesgos de tanto autismo político?

A tenor de lo que dice en la larga entrevista, de dos páginas completas, que le dedicó El País la semana pasada, no parece darse cuenta de nada. ¡Qué falta de ideas! ¡Cuanto tópico reaccionario! Su nivel y su altura de miras llega al paroxismo cuando le preguntan sobre las consecuencias de la práctica supresión de los recursos financieros destinados al plan de equipación informática de los centros educativos. Responde Wert, sin inmutarse, que la tendencia en los EE UU es que los alumnos se lleven de casa a clase sus propios "cacharros". 

O sea,  que el inefable ministro Wert está dispuesto a abrir un nueva brecha de desigualdad que sumar a las anteriores. No le basta dificultar seriamente la concesión de becas para los alumnos universitarios de familias más humildes cuando, al tiempo, se multiplican por dos o por tres las tasas universitarias; no le basta con la supresión de las becas de comedor y las ayudas para libros y material escolar; no le basta con los severos recortes de los recursos de los centros educativos, en particular los que se utilizaban para los alumnos con mayores dificultades de aprendizaje, que, debería saber el Sr. Wert en su calidad de sociólogo, son los procedentes de familias con menores niveles de renta.

En un país con cerca de seis millones de parados, el 26% de la población activa; con un avance galopante de la pobreza que ha pasado del 19 al 27 % de la población (12 millones de personas) en apenas cinco años; con más de tres millones de personas padeciendo pobreza severa; etc. , etc., un Ministro de Educación no puede responder así.

¿Piensa Wert que las familias que apenas tienen recursos para comer o que viven de la caridad pueden comprar lo ordenadores que necesitan sus hijos en sus colegios e institutos? ¿Lo pueden hacer sin demasiados problemas quienes pertenecen a ese universo de 12 millones de pobres españoles?

No me cabe ninguna duda de que lo que mejor define las principales decisiones políticas del Ministro Wert es la de promotor de la desigualdad. Para mí es el ministro de la desigualdad en la educación. Por el Sr. Wert, entre otros, España ha logrado alcanzar, junto con Bulgaria, Portugal y Letonia, en estos cinco últimos años el triste título de país más desigual de Europa.


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